“El corazón del primer bebe ha
dejado de latir”
Así fue como recibí la noticia de
que había perdido a mi bebe después de 39 semanas y media de embarazo. Cuando solo
el día anterior estaba estupendamente y pesaba más de tres kilos. Ya solo
esperaba tenerlo entre mis brazos y pensaba que lo que me estaba pasando,
primeriza como era, solo eran señales de que ya venía.
FASES DEL DUELO:
-
Negación.
Pero no. El mundo deja de
existir, no eres capaz de dar crédito a lo que pasa, no lo entiendes. “Se están
equivocando” pensaba, “no puede ser”, porque sencillamente esto no me pude
pasar a mí.
Yo lo he revisado todo, he
llevado mi embarazo al pie de la letra. He tenido una dieta estricta (por mi
diabetes gestacional). Yo no fumo; por
supuesto no he bebido, y he tenido revisiones continuas al tratarse de un embarazo múltiple. “Que no, si yo lo
siento moverse”…
Pero inevitablemente el parto
tiene que ocurrir y mi hijo nace muerto, puedo estar con él y abrazarlo muy
brevemente. Sin más, tengo que tomar conciencia de que ha muerto, pero eso no
significa, que lo acepte.
-
Rabia/Culpabilidad.
Y me enfado, me enfado mucho,
conmigo, con él, con todo, con la vida que me lo ha quitado.
“Porque no me atendieron antes,
porque me mandaron a casa el día anterior”…”la autopsia, quiero saber”…
“Como ha podido ocurrir, como yo
su madre, con nueve mese con él en la barriga no me he dado cuenta, porqué no
me quedé ayer en el hospital, porque no me vine hoy antes, en cuanto me sentí
mal….”
Y una larga retahíla de pensamientos
culpabilizadores, de los que no logras salir. Y que, por mucho, que alguien logre
desmontarlos de tu mente; no logran desmontarlos de tus sentimientos. Pueden
ser hacía tí, hacia los demás o incluso hacía tu bebe; que se ha ido, dejándote
sola, sin poder disfrutar de su contacto, de todo lo que habías imaginado para
él.
Y por no entrar en el dolor, sigues
-
Negociación
Todas estas fases se van mezclando,
no están totalmente marcadas y tienes que llevarlas con tu vida, y con “los
demás”. Y tú empiezas a fantasear, con
que esto no ha ocurrido, o consigues dormir y al despertar, vuelves a la pesadilla.
Retomas la vida, y te armas de
valor, creyendo que vas a poder ser la misma. Pero una “vecina” sin querer, te
dice “a mi pasa eso y me muero” y todo vuelve a empezar, la rabia hacía ella, hacía
ti, “es verdad, como no te mueres”; sin darte cuenta, que en cierta manera, es
así, que has anestesiado, una parte importante, por no poder dejarte sentir el
dolor. Y sigues negociando, a trompicones, entre retomar tu vida, entre que no
pasó, y la rabia y la culpa.
-
Depresión. Encuentro con el dolor.
Entonces cada uno, por un motivo
u otro, muchas veces, por el cansancio que supone el intentar evitarlo, te
encuentras con el dolor. Es un dolor inmenso,
pero si somos capaces de dejárnoslo sentir y de echarlo para fuera, sin
que se convierta en sufrimiento, te libera.
Si te quedas enganchado a él,
porque al empezar a sentirlo, lo cortas,
porque el miedo te puede. Y no quieres tampoco, dejarlo ir. Te conviertes en su
esclavo, en una víctima, a su servicio. Atado a un sufrimiento constante que no
te ayudará.
Si eres capaz de darte cuenta de
que el dolor es la parte triste del amor, entonces
-
Aceptación. Agradecido recuerdo
Reconoces el amor tan grande que
has tenido, un amor con mayúsculas que nunca te abandonará. Que lo has tenido,
no ha sido una ilusión, y ni mucho menos ha sido insuficiente. Te dio todo lo
que tenía, y fue para ti. Sentirte llena con él, no se termina con su ida.
Y desde mi pensamiento, de que
los hijos nos eligen y no al revés; me siento orgullosa de que me eligieras. Tu
paso por esta vida fue dentro de mí y en compañía de tu hermano. Sé que te aporté, mi amor sin condiciones, hasta para respetar
tu ida.
Tú también me aportaste tu amor
sin condiciones, puro y verdadero. Y me permitiste saber, que por muy grande
que sea la tormenta, no voy a ahogarme en ella.
Pero ha sido un camino largo.
Justo hoy hace 10 años. Por eso hoy quiero compartirlo con vosotros.
Lo he hecho
en primera persona, porque es una
situación muy dura, por la que muchas mujeres como madres y hombres como padres,
pasan. Y a veces, se piensa que no se puede salir de
ella y produce dolorosas consecuencias: problemas
de salud, ruptura de la relación de pareja,
etc.
Hoy quería servir de humilde
ejemplo, si yo puedo TU también.
Gracias Ander siempre conmigo.
Mejor explicado imposible, nunca te ahogues en la tormenta, hay que seguir siempre. Un gran beso
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