martes, 13 de marzo de 2018

Perder un bebe

Perder un bebe




“El corazón del primer bebe ha dejado de latir”

Así fue como recibí la noticia de que había perdido a mi bebe después de 39 semanas y media de embarazo. Cuando solo el día anterior estaba estupendamente y pesaba más de tres kilos. Ya solo esperaba tenerlo entre mis brazos y pensaba que lo que me estaba pasando, primeriza como era, solo eran señales de que ya venía.

FASES DEL DUELO:
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         Negación.

Pero no. El mundo deja de existir, no eres capaz de dar crédito a lo que pasa, no lo entiendes. “Se están equivocando” pensaba, “no puede ser”, porque sencillamente esto no me pude pasar a mí.

Yo lo he revisado todo, he llevado mi embarazo al pie de la letra. He tenido una dieta estricta (por mi diabetes gestacional). Yo no fumo;  por supuesto no he bebido, y he tenido revisiones continuas al tratarse  de un embarazo múltiple. “Que no, si yo lo siento moverse”…

Pero inevitablemente el parto tiene que ocurrir y mi hijo nace muerto, puedo estar con él y abrazarlo muy brevemente. Sin más, tengo que tomar conciencia de que ha muerto, pero eso no significa, que lo acepte.
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           Rabia/Culpabilidad.

Y me enfado, me enfado mucho, conmigo, con él, con todo, con la vida que me lo ha quitado.

“Porque no me atendieron antes, porque me mandaron a casa el día anterior”…”la autopsia,  quiero saber”…   

“Como ha podido ocurrir, como yo su madre, con nueve mese con él en la barriga no me he dado cuenta, porqué no me quedé ayer en el hospital, porque no me vine hoy antes, en cuanto me sentí mal….”

Y una larga retahíla de pensamientos culpabilizadores, de los que no logras salir. Y que, por mucho, que alguien logre desmontarlos de tu mente; no logran desmontarlos de tus sentimientos. Pueden ser hacía tí, hacia los demás o incluso hacía tu bebe; que se ha ido, dejándote sola, sin poder disfrutar de su contacto, de todo lo que habías imaginado para él.

 Y por no entrar en el dolor, sigues
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            Negociación

Todas estas fases se van mezclando, no están totalmente marcadas y tienes que llevarlas con tu vida, y con “los demás”.  Y tú empiezas a fantasear, con que esto no ha ocurrido, o consigues dormir  y al despertar, vuelves a la pesadilla.

Retomas la vida, y te armas de valor, creyendo que vas a poder ser la misma. Pero una “vecina” sin querer, te dice “a mi pasa eso y me muero” y todo vuelve a empezar, la rabia hacía ella, hacía ti, “es verdad, como no te mueres”; sin darte cuenta, que en cierta manera, es así, que has anestesiado, una parte importante, por no poder dejarte sentir el dolor. Y sigues negociando, a trompicones, entre retomar tu vida, entre que no pasó, y la rabia y la culpa.
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           Depresión. Encuentro con el dolor.

Entonces cada uno, por un motivo u otro, muchas veces, por el cansancio que supone el intentar evitarlo, te encuentras con el dolor. Es un dolor inmenso,  pero si somos capaces de dejárnoslo sentir y de echarlo para fuera, sin que se convierta en sufrimiento, te libera. 

Si te quedas enganchado a él, porque  al empezar a sentirlo, lo cortas, porque el miedo te puede. Y no quieres tampoco, dejarlo ir. Te conviertes en su esclavo, en una víctima, a su servicio. Atado a un sufrimiento constante que no te ayudará.

Si eres capaz de darte cuenta de que el dolor es la parte triste del amor, entonces
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            Aceptación. Agradecido recuerdo

Reconoces el amor tan grande que has tenido, un amor con mayúsculas que nunca te abandonará. Que lo has tenido, no ha sido una ilusión, y ni mucho menos ha sido insuficiente. Te dio todo lo que tenía, y fue para ti. Sentirte llena con él, no se termina con su ida.

Y desde mi pensamiento, de que los hijos nos eligen y no al revés; me siento orgullosa de que me eligieras. Tu paso por esta vida fue dentro de mí y en compañía de tu hermano.  Sé que te aporté,  mi amor sin condiciones, hasta para respetar tu ida.

Tú también me aportaste tu amor sin condiciones, puro y verdadero. Y me permitiste saber, que por muy grande que sea la tormenta, no voy a ahogarme en ella.    

Pero ha sido un camino largo. Justo hoy hace 10 años. Por eso hoy quiero compartirlo con vosotros. 
Lo he hecho en primera persona,  porque es una situación muy dura, por la que muchas mujeres como madres y hombres como padres, pasan.  Y  a veces, se piensa que no se puede salir de ella y  produce dolorosas consecuencias: problemas de salud,  ruptura de la relación de pareja, etc.

Hoy quería servir de humilde ejemplo, si yo puedo TU también.

Gracias Ander siempre conmigo.

1 comentario:

  1. Mejor explicado imposible, nunca te ahogues en la tormenta, hay que seguir siempre. Un gran beso

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